Al reconocernos e identificarnos como empleados de Alestra u ostentar nuestra marca corporativa o las marcas de los servicios que proveemos, evitamos siempre cualquier actividad o conducta en nuestros asuntos personales, que pueda afectar desfavorablemente nuestro prestigio.
En Alestra no pretendemos ni tenemos la intención de intervenir en la vida privada y los asuntos personales de nuestros empleados; somos altamente respetuosos de su derecho a decidir lo que mejor les convenga. Sin embargo, el pertenecer a la comunidad que formamos los empleados de Alestra y representar y ofrecer los servicios al amparo de nuestra marca, implican una relación de lealtad y responsabilidad mutua, que nos obliga a cuidar su reputación dentro y fuera de la empresa, y más especialmente cuando se trate de asuntos académicos, públicos o políticos.