Desde la llegada de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos, el gobierno americano ha mantenido una batalla política y comercial con China. Con la elevación de aranceles, exigencias por una balanza comercial más equitativa y mayor respeto a las reglas de propiedad intelectual; Trump busca disminuir el peso que los productos y manufacturas chinos tienen sobre la economía de su país y la del mundo.
Recientemente, el conflicto escaló a un nuevo nivel con la prohibición de los dispositivos e infraestructura diseñada por la empresa china Huawei, ya que se consideran un riesgo de ciberseguridad para los Estados Unidos y sus ciudadanos. Esta disputa ha comenzado a afectar parcialmente a algunos usuarios de los productos de la empresa china; y se espera que con el paso del tiempo los efectos negativos incrementen, especialmente con la adopción de la tecnología 5G donde Huawei se destaca como uno de los líderes globales.
¿Pero cómo afectan estas decisiones del gobierno americano a la industria de las telecomunicaciones? ¿Es una acción legítima en el tema de ciberseguridad o representa una acción política para beneficio de los intereses americanos?
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En el año 2018, los americanos iniciaron una serie de acusaciones de que empresas chinas como Huawei y ZTE vendían tecnología a la cual podía tener acceso el gobierno chino de manera secreta para espiar a gobiernos extranjeros.
Huawei ya había estado involucrado en ciertos escándalos relacionados con ciberseguridad, principalmente en Australia, pero no fue hasta enero del 2019 cuando Estados Unidos comenzó a realizar acciones directas contra ellos. Primeramente, presentaron cargos criminales contra Meng Wanzhou, directora de finanzas de Huawei, por supuesta obstrucción de la justicia y fraude. En abril, la CIA declaró que tenía pruebas de la colusión de Huawei con el gobierno chino. Y finalmente, el 15 de mayo, Donald Trump firmó una orden ejecutiva en la que prohibió la compra de la tecnología de telecomunicaciones desarrollada por esta compañía.
La decisión generó mucha controversia, especialmente con el sector empresarial y los consumidores. Existen voces en contra y a favor de la decisión. Marco Rubio, congresista republicano, considera a Huawei como una fuerte amenaza: “Huawei es una empresa china de telecomunicaciones dirigida por el estado con un objetivo: socavar la competencia extranjera al robar secretos comerciales y propiedad intelectual […] El gobierno comunista chino es la amenaza más grande y a largo plazo de la seguridad económica y nacional de los Estados Unidos.”
Empresarios y expertos en tecnología como Francis Dinha, director de OpenVPN, un operador de servicios de VPN, también está de acuerdo con los riesgos, sin embargo no comparten la idea del bloqueo: “Los Estados Unidos está en lo correcto al tratar a Huawei como una amenaza en seguridad, pero no creo que prohibir los dispositivos sea la solución correcta. Sin importar qué equipo usemos para el 5G, habrá riesgos en seguridad.”
Las acciones tomadas por Donald Trump no tienen el apoyo de todos, pero existe cierta parte de la población que considera que Huawei si representa un riesgo para la seguridad americana, debido que el gobierno chino es conocido por presionar y controlar los negocios y empresas privadas que se encuentran en su territorio.
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Sin embargo, la presión que ha puesto los Estados Unidos en sus aliados para no usar la tecnología de Huawei ha hecho a algunos dudar sobre la legitimidad de las preocupaciones en seguridad que Trump alega. Muchos aliados europeos se encuentran en la difícil situación de acotar con las exigencias americanas o continuar con sus propios proyectos de implementación del 5G; donde Huawei ofrece calidad y precios bajos. Adicionalmente, el gobierno chino y la misma empresa consideran la presión de Trump como una maniobra política para ganar peso al momento de discutir las disputas comerciales que tienen actualmente.
Como se puede observar, el tema de Huawei orbita alrededor de los conflictos políticos y económicos de las grandes potencias mundiales. Pero la gran mayoría de los expertos están de acuerdo que los mayores perdedores son el libre mercado y los consumidores. Incluso Google se ha declarado a favor de quitar la prohibición y así evitar que Huawei desarrolle sistemas operativos que compitan contra Android.
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