Alestra

Durante los últimos años se ha expandido el desarrollo y la aplicación de la identificación biométrica para distintos usos de seguridad pública y privada. Estas tecnologías, como el reconocimiento de voz o de huellas digitales, superan los problemas asociados al uso de contraseñas, patrones o semejantes, facilitando la implantación de softwares de alta seguridad. 

Durante todo el año, en el blog Alestra hemos presentado estadísticas de diversos centros de análisis enfocados en medir las amenazas que afectaron todos los meses a las empresas y su privacidad. Dependiendo de la época del año o la institución que los presentara los números variaban, pero una tendencia se mantuvo siempre presente: el cibercrimen aumentó indiscriminadamente desde que las empresas comenzaron con esquemas de trabajo remoto, y que, en muchos casos, se ha mantenido habilitado.

La desconfianza que los clientes de las instituciones bancarias sienten hacia las nuevas modalidades digitales es totalmente razonable. Mauro Berchi, escritor para la publicación financiera argentina Ámbito, nos dice que “cuando se involucra a la tecnología en aspectos financieros se genera una lógica desconfianza por parte del cliente. La verdad es que, cuanto menos entendemos, más inseguros nos sentimos.”

1950 fue el año en que el famoso matemático Alan Turing planteó por primera vez la posibilidad de que las máquinas pudieran pensar, abriendo el camino a la Inteligencia Artificial moderna. Una década después se avanzó hacia las redes neuronales artificiales, un modelo computacional inspirado en la mente humana que probaron los científicos Marvin Minsky y Dean Edmonds, logrando crear un programa informático capaz de aprender a través de la experiencia.

El control de tráfico vehicular en ciudades y autopistas es uno de los aspectos más importantes a tratar cuando consideramos innovar en infraestructura para acercarnos al ideal de la ciudad del futuro. Según la OMS, cada año mueren aproximadamente 1 millón 300 mil personas en accidentes viales, por lo que reducir el volumen de vehículos y administrar los que sigan transitando son cuestiones urgentes para el futuro, buscando prevenir que esa estadística continúe o aumente.