Alestra

Cuando realizas una búsqueda por Internet, ¿realmente recibes lo que esperabas? La Web3 o Web 3.0 promete revolucionar la forma en la que interactúan los usuarios en el mundo digital, donde sus preferencias y nuevas tecnologías marquen la pauta para una nueva experiencia.

No es un secreto que los tomadores de decisiones están optando por la adopción de la nube, enfocando su estrategia hacia su uso ya sea pública, privada o híbrida. La nube es una de las megatendencias que no se detiene y cuya expansión se mantiene en un crecimiento exponencial.

Ya nadie puede negar que la nube se ha vuelto la opción de almacenaje más popular para compañías y usuarios individuales. Sea por lo económico que resulta ser al largo plazo, por su accesibilidad sin importar la dispersión geográfica de una empresa o por sus nuevas funciones de ciberseguridad que muchas compañías ofrecen, las nubes públicas y privadas seguirán demostrando su poderío en los años que vienen.

Incluso después de los grandes esfuerzos que hicieron todas las compañías que ofrecen servicios en la nube, la desconfianza del público en general por la seguridad de la información guardada en ellos persiste. Especialmente en el caso de empresas de la vieja escuela con grandes cantidades de datos confidenciales, muchos administradores sienten que la única manera de mantener esa privacidad es a través de almacenajes físicos que guarden en sus oficinas, lejos de cualquier influencia externa.

El proverbio ruso “confía, pero verifica” describe perfectamente la actitud que la gran mayoría de las empresas con una arquitectura de red amplia usaba antes de que el COVID-19 viniera a cambiar la faz de la ciberseguridad para siempre. Uniendo las redes caseras de los trabajadores en home office con la red empresarial aún presente en las oficinas de cada compañía la cual contiene toda la información confidencial a la que los empleados acceden a diario, amplió el campo que los cibercriminales tienen para maniobrar y multiplicó el número de puertas traseras posibles para vulnerar las redes empresariales por lo que era necesario actualizar el proverbio.