Alestra

Debido a la facilidad de adquirir productos o servicios desde casa, la oficina o cualquier lugar, el comercio electrónico se ha convertido en uno de los fenómenos más representativos del mundo digital del siglo XXI. Y es que los avances tecnológicos en dispositivos móviles y la expansión de las redes de datos móviles han permitido la digitalización de los negocios y que las compras en línea sean aún más accesibles. 

El internet y los dispositivos digitales han facilitado la posibilidad de realizar actividades comerciales de una manera impresionante. La conectividad que nos ofrecen estas tecnologías ha cambiado el paradigma sobre cómo se realiza el comercio. Ahora, cualquier persona en el país es un cliente potencial; las páginas de internet son como tiendas abiertas 24 horas del día y los mensajes instantáneos nos dan una experiencia de servicio al cliente única. La industria del comercio electrónico, que actualmente está valorada en 13 mil millones de pesos, ha representado un cambio bastante positivo para las empresas y los consumidores, ya que incrementa sus opciones de compra y venta.

  En cuestión de incidentes de seguridad, los códigos maliciosos continúan prevaleciendo como la principal en las empresas latinoamericanas. Y es que el 81% de las organizaciones ha sufrido algún ataque de malware, es decir, prácticamente una de cada dos empresas en Latinoamérica admite haber sido víctima de un ataque de este tipo. Esto, evidentemente se relaciona de manera directa con las muy variadas campañas de malware que son identificadas de manera recurrente.

En el mundo existen alrededor de 2,000 millones de personas que se encuentran fuera de servicios financieros en línea, y aunque esto sigue siendo una materia que avanza constantemente, las instituciones bancarias con modelos tradicionales comienzan a disponer de apps y sistemas tecnológicos para los clientes que desean realizar transacciones en línea, préstamos para emprender un negocio y servicios que ahorran tiempo de espera en las filas del banco.

Los virus desarrollados para atacar dispositivos con sistema operativo Android han generado más pérdidas que otros, esto se debe a la naturaleza de dispositivos inteligentes que origina una mayor propagación y difusión de virus desde su etapa de gestación, hasta su detección por parte de algoritmos y modelos en seguridad digital.