La tecnología verde está conceptualizada como el diseño y utilización de soluciones basadas en la ecoeficiencia, es decir, aquellas que garantizan el funcionamiento de tecnología socialmente equitativa, económicamente viable y ambientalmente segura.
Ante el mal uso de los recursos naturales, el cambio climático y el encarecimiento de las energías convencionales, la nueva generación de empresarios reflexiona sobre el tema, y desarrolla a través de la innovación diversas alternativas para la generación energética y el aprovechamiento de los recursos, los cuales además de ser más eficientes, ayudan a mejorar el escenario ambiental a nivel global.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las tecnologías verdes comenzaron su desarrollo en Latinoamérica en la década de los 70. Sin embargo, ha sido en los últimos años que han adquirido fuerza gracias a que se cuenta con información más detallada sobre sus beneficios y al impulso que los desarrolladores de tecnología le han dado, debido a sus múltiples ventajas, entre las que se encuentra un Retorno de Inversión (ROI) casi inmediato para las empresas.
En México, por ejemplo, el Fondo Mundial para la Naturaleza[1] confía en que las últimas iniciativas públicas energéticas puedan detonar en el país oportunidades para el impulso de tecnologías limpias, incluyendo la creación o fortalecimiento de fondos para la investigación y desarrollo de energías renovables.
Ante estos avances, la nueva generación de empresarios ha ido transformando sus procesos de negocio, pues de acuerdo con los expertos, no tomar medidas inmediatas para contrarrestar el problema de la polución y cambio climático costaría miles de millones de dólares durante el próximo medio siglo. El beneficio más obvio al integrar tecnología verde es, desde luego, la percepción que la opinión pública tiene de la empresa, pues ocasiona que la imagen negativa se reduzca, o en algunos casos desaparezca, fortaleciendo la lealtad de clientes.
Otra interesante ventaja se da cuando las compañías obtienen reducción de costos operativos tras la integración de ecosoluciones. Pese a que deben iniciar con una inversión representativa, la recuperación de la misma es casi inmediata debido a que la disminución en gastos de operación es muy rápida, lo que a su vez se traduce en mayor competitividad.
Un ejemplo claro de un líder en tecnología verde en México es Alestra, empresa mexicana que continúa robusteciendo su infraestructura en el mercado bajo el sello Alestra Green Data Center, lo que le permite ofrecer a las empresas soluciones de última generación respaldados por las mejores prácticas en sustentabilidad, rendimiento y alta disponibilidad.
Ante la necesidad de las compañías de contar con ofertas tecnológicas verdes y tomando conciencia social, Alestra inauguró en 2014 su Centro de Datos en Querétaro. Considerado el primero en su tipo en el continente, este espacio destaca por su sistema de cogeneración, principal fuente de energía eléctrica y enfriamiento, lo que se traduce en un alto nivel de eficiencia energética o PUE (Power Usage Effectiveness por sus siglas en inglés) estimado entre 1.2 y 1.5, de los más bajos a nivel nacional.
Hoy, más que nunca, es necesario que la nueva generación de empresarios conozca más sobre tecnología verde y empiece a integrarla en sus compañías y áreas laborales, ya que indudablemente impacta directamente en el mundo en el que todos vivimos. El diseño de sistemas verdes es hoy un valor agregado que comienza a convertirse en un requerimiento sectorial. Las empresas, sin importar su tamaño o giro, deben empezar a innovar en el tema, ya que además de aportar para tener un país y mundo mejor, la tecnología verde les permitirá obtener ahorros sustanciales en costos operativos, un mayor rendimiento y eficiencia energética, además de mantener un alto nivel competitivo y mantener una sólida cartera de clientes leales a la marca.
[1] Fondo Mundial para la Naturaleza, Índice Global de Innovación en Tecnologías Limpias 2014