Alestra

Muchos de los impactos positivos que discutimos sobre las innovaciones tecnológicas en este blog se llevan acabo en el sector privado y empresarial. Estas organizaciones por lo general son las pioneras en la adopción de tecnologías 4.0. Y en la mayoría de los casos, el impacto de la transformación tecnológica empresarial beneficia solo en los miembros de la empresa y sus clientes.

Las mujeres siempre han sido parte clave del sector de las tecnologías y la computación. En el siglo XIX, la condesa inglesa Ada Lovelace fue la primera persona en escribir un algoritmo matemático y Grace Hopper, una almirante estadounidense, desarrolló el primer compilador para un lenguaje de programación en los años 50. Desde el inicio del campo de la computación muchas mujeres trabajaron como computadoras humanas, personas que se dedicaban a hacer procesos matemáticos de manera manual, y sus contribuciones ayudaron al desarrollo del campo tecnológico como lo conocemos el día de hoy.

La responsabilidad social se ha vuelto un pilar indispensable para cualquier empresa global. Sin un compromiso por el medio ambiente y el entorno, una empresa no puede considerarse como una organización innovadora. Por este motivo, el cuidado por el medio ambiente se ha vuelto una tarea que las empresas buscan atender desde todos los ámbitos posibles, incluyendo el tecnológico.

Para el usuario promedio, los conceptos de la computación de la nube pueden resultar bastante confusos y complejos. Desde los diferentes tipos de servicios que se ofrecen hasta las estrategias empresariales para la implementación y ejecución de servicios de nube, los términos no siempre quedan claros para todos. Esto puede generar cierta desconfianza entre las personas sin experiencia en informática y los desincentiva de adoptar esta tecnología en sus organizaciones.

Durante los últimos 20 a 30 años, los mercados emergentes se han consolidado como competidores de las economías desarrolladas. China, un país que hace 50 años era considerado una nación agraria, está compitiendo con los Estados Unidos por el puesto de la mayor economía mundial. Los países del sureste asiático, como Indonesia, Vietnam y Malasia, han fortalecido sus mercados internos y desarrollado economías dinámicas con un alto nivel de crecimiento anual. Pero un mercado muchas veces ignorado y que se encuentra en una situación prometedora para liderar el crecimiento económico del siglo XXI es África.